Decir que se trata de una sencilla receta posiblemente sería quedarse corto, fácil y poco laboriosa. Eso si, si tenéis un antojo de flan no recurráis a ella ya que aunque su preparación no excede de los 15 minutos requiere de 6 horas en la nevera antes de poder desmoldarlo.
Su nacimiento se remonta a la época del Imperio romano, donde era llamado tyropatina, se volvió muy popular durante la Edad Media, ya que era degustado en época de Cuaresma. Fue alrededor del siglo VII que se popularizó el término flan para nombrar a este platillo, proveniente de la palabra francesa flan derivada a su vez de la altoalemana flado, que significaba torta u objeto plano, y también fue por esa época que se dejó de espolvorear pimienta en su superficie (gracias al cielo...), como acostumbraban los romanos, y se sustituyó por azúcar.
- 1 lata de leche condensada (de 400 gr. aprox.)
- 4 huevos
- 1 limón
- Una medida igual a la lata de leche entera
- 150 gr. de azúcar o caramelo líquido o sirope de chocolate (para la cobertura)
- 1 cucharadita de esencia de vainilla (opcional)