El calamar es un alimento popular en muchas partes del mundo. El cuerpo (manto) puede rellenarse o cortarse en filetes planos o aros. La forma más frecuente de prepararlo es cortado en aros (o en bastones) y en fritura, siendo también popular a la plancha, relleno y guisado, muchas veces en su propia tinta, que participa como ingrediente en algunas recetas. Las patas, tentáculos y tinta son comestibles. Las únicas partes que no pueden aprovecharse son el pico y el jibión.
En Chipre, Grecia, Italia, España y Turquía, el calamar se consume, además de frito, guisado a fuego lento, a menudo con verduras, como calabacín o tomate. Al contrario de lo que ocurre al freírla, la carne de calamar se ablanda cuando se cuece a fuego lento mucho tiempo (tenedlo presente para la receta de hoy).
- 1 Kg. de calamares
- 1 vaso de vino blanco
- 1 lata de tomate natural triturado
- 1 cebolla mediana o puerro
- 2 dientes de ajo
- Sal
- Pimienta negra
- Pimienta roja
- Una punta de guindilla
- 2 hojas de laurel
Dificultad: Baja.
Limpiamos los aros de calamar.
Picamos la cebolla o el puerro lo más pequeño que podamos pero sin llegar a hacer puré y los ajos. Pochamos la cebolla, el ajo bien picado, el tomate triturado y la punta de la guindilla, a fuego lento con un punto de sal.
Añadimos los calamares limpios y troceados, añadimos el vaso de vino blanco (y le damos un pelín de fuerza al fuego para que el alcohol se evapore), un poco de sal y el laurel y dejamos cocer unos 20 minutos.
Cocinamos hasta que el tomate y los calamares hayan evaporado la mayor parte de su agua, hasta que quede una salsa espesa, y le añadimos la pizca de pimienta negra y de pimienta roja y se rectifica la sal al gusto.
Recomendaciones o sugerencias:
En este plato el acompañamiento es de obligada necesidad, algunas sugerencias podrían ser acompañarlo de arroz, garbanzos, couscous, picatostes o (mi favorito) con habas o alubias blancas.
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